Como cada 2 de abril en todo el territorio nacional, se rindió homenaje a los Veteranos y Caídos en la Guerra de Malvinas. La ceremonia en nuestra localidad fue realizada en la Plazoleta Héroes de Malvinas de San Bernardo, a cargo de la organización del evento estuvo la EES N°46 y la ESJA. Estuvo presente el Intendente de nuestra localidad (Silvio Miguel Sotelo) junto a Héroes de Malvinas, funcionarios, docentes, estudiantes y comunidad en general.

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Hablar de Malvinas significa hablar de nuestra MEMORIA, de nuestra SOBERANÍA: pilares fundadores para formar ciudadanos comprometidos con la vigencia de los Derechos Humanos.

Hablar de Malvinas en clase implica rememorar, a través de documentos y fuentes disponibles para investigar, un hecho trágico de nuestro pasado reciente que aún permanece como una herida abierta: LA GUERRA DE MALVINAS OCURRIDA EN 1982, durante la dictadura cívico militar.

A principios de los ’80, en Argentina, el conflicto social crecía, los Trabajadores realizaban acciones organizados en la CGT y se extendía progresivamente un debilitamiento de la dictadura. Buscando una salida desesperada a la crisis, las Fuerzas Armadas que habían tomado el Gobierno en el ‘76, iniciaron acciones bélicas en las Islas Malvinas con operaciones de desembarco el 2 de abril de 1982. La noticia sorprendió a la población, que en general reaccionó en apoyo a la recuperación de las Islas, sin imaginar los horrores que vendrían.

Al margen de los errores tácticos y estratégicos, resultan inconcebibles los malos tratos y crueldades de oficiales y suboficiales hacia los soldados, hechos denunciados como delitos de lesa humanidad. Se podría decir que el genocidio que se inició el 24 de marzo de 1976, continuó en Malvinas.

La información durante la guerra no escapó a las condiciones generales de la dictadura. Al severo control de la prensa que existía desde el golpe de Estado se agregaba la censura típica de todo conflicto. Los comunicados oficiales sugerían que Inglaterra no se molestaría en defender unas Islas tan lejanas y sin importancia para ellos. Durante todo abril, los argentinos siguieron con inquietud los cables internacionales que informaban acerca del avance de la flota inglesa contrariando los continuos mensajes “tranquilizadores” emitidos por los medios gráficos y audiovisuales de mayor circulación. Los mandos militares seguían ocultando la situación detrás de noticias triunfalistas, como se desprende de las portadas de los diarios de la época.

El 14 de junio, la guarnición argentina a las órdenes del general Menéndez se rindió ante el general Jeremy Moore: más de 10.000 soldados cayeron prisioneros en las Islas y durante su desarrollo se produjo la muerte de 649 argentinos y resultaron heridos otros 1063. En su condición de prisioneros de guerra permanecieron en las Islas unos días más (en algunos casos hasta julio) concentrados en el aeropuerto hasta que fueron embarcados de regreso al continente y luego devueltos a sus guarniciones y hogares. En la mayoría de los casos en condiciones de semi-clandestinidad, con la orden expresa de no hacer declaraciones de prensa y no contar lo que habían vivido a sus familiares, que en muchos casos implicaba callar los malos tratos recibidos de sus propios jefes.

La derrota de Malvinas precipitó la crisis del régimen militar y preanunció su caída. Después de unos días de incertidumbre e incidentes en las calles, Galtieri se vio obligado a renunciar.